miércoles, 19 de junio de 2013

Una estrategia económica a nivel territorial: cooperación, capacidad competitiva y emprendedurismo

Más allá de la estabilidad macroeconómica en el conjunto de Europa; dependiente hoy más que nunca de la coordinación de las políticas fiscales y de un modelo simétrico en política monetaria que pueda sobrevivir a largo plazo, no como la actual configuración del euro; y de la vital importancia de un marco global en torno a políticas estructurales en lo referente al mercado de trabajo, mercados financieros y medio ambiente, que tantas distorsiones ocasionan como estamos viendo en la actual crisis y sobre lo que no se han tomado decisiones en torno a regulación alguna, a pesar de ser cuestiones que se encuentran en el epicentro de los problemas a los que nos enfrentamos; es necesaria una estrategia económica que contemple la dimensión de la competitividad territorial para el desarrollo de las regiones de forma inteligente y sostenible.
Desde una perspectiva económica parece difícil repartir sin crear y por supuesto repartir más de lo que se crea, por lo que debe atenderse a una asignación eficiente de recursos que permita aumentar la productividad de los factores productivos y la competitividad, atendiendo a criterios de equidad y al principio de compensación de Kaldor, puesto que una medida económica nueva formará una mejor global siempre que los perjudicados con ella puedan ser compensados por quienes resulten beneficiados.

Las políticas públicas tienen un papel importante en la creación de un entorno favorable para la cooperación, la capacidad competitiva y el emprendedurismo; para la puesta en práctica de iniciativas empresariales que revitalicen el tejido productivo y creen riqueza y empleo, a través de la diferenciación de productos y servicios como vía para crear valor añadido. En este sentido, el libro del profesor de Universidade da Beira Interior João Leitão, “Pode Portugal ser competitivo e emprendedor?” aporta respuestas sobre la problemática del desarrollo territorial, que aunque centrado en Portugal; esencialmente en la subregión de Cova da Beira; pueden aplicarse a cualquier otro territorio.

El libro se divide en tres partes; comienza acometiendo las políticas públicas, competición e instituciones, centrándose en la consecución de una estrategia económica inteligente y sostenible para el sector primario, que incentive la entrada de jóvenes emprendedores y contribuya al fomento de concentraciones agro-industriales basadas en redes institucionales dotadas de escala productiva y competitiva en términos internacionales, así como un dominio efectivo de los canales de distribución. A la vez que se busca la sostenibilidad en el sector primario y la recuperación de las actividades agro-industriales utilizando una lógica espacial y de incentivos, se debería buscar ligar ésta a la producción de energías renovables, para lo que sería necesario remover los intereses que obstaculizan la competencia entre productores y vendedores de energía y que comprometen negativamente nuestra capacidad competitiva; algo que también ocurre con un sector como el de las comunicaciones, donde se plantea la fragmentación de las grandes empresas de comunicación en busca del interés público.
También aquí se aborda la cuestión de las ventajas comparativas, recuperando la lógica ricardiana para decidir estratégicamente cuales son las especializaciones productivas por las que debe apostar el país con el objetivo de mejorar el trade-off. Todo ello englobado en modelos dinámicos de triple hélice articulados para una mayor eficiencia y equidad.

La segunda parte del libro gira en torno a organización espacial y redes emprendedoras, donde se aborda la creación de parques de ciencia y tecnología, clusters, ciudades-región y living labs. Se debe buscar la intensificación de las relaciones intra-industriales sobre la forma de aglomerados industriales concéntricos y que permitan menores costes al nivel de las diferentes fases de la cadena de producción y en donde las universidades estén en el centro de este proceso, promoviendo nuevas formas de conocimiento e innovación, proporcionando una mayor adecuación de la investigación a las necesidades del mercado y la trasmisión del valor de la solidaridad. Todo ello permite crear una cultura de vigilancia tecnológica y responsabilidad social para atender anticipadamente las necesidades de la comunidad empresarial y de los ciudadanos, creando incentivos para que aumente la inversión empresarial en las instituciones de enseñanza superior que las haga más cualificadas y competitivas, gracias a la financiación mixta público-privada.
También se necesita constituir redes entre ciudades-región de similares especializaciones productivas y de investigación para intensificar las relaciones entre las mismas; sin rivalidades ni canibalismo; para que se erijan así en motores del crecimiento económico nacional y de una real convergencia económica y social de los territorios en términos sustentables.
En este apartado se trata además un tema controvertido como es la fusión de ciudades pequeñas que se encuentren a poca distancia, una cuestión que políticamente se encuentra con grandes obstáculos como podemos ver en España, pero que permitiría una mayor articulación y cooperación institucional entre los agentes públicos y privados y la disminución de costes en servicios considerados básicos y de interés público, evitando en muchos casos la duplicación de inversión pública con el consecuente despilfarro de recursos que podrían asignarse a otras partidas; alcanzando una mayor estructuración institucional y supranacional como vía para que las ciudades funcionen como verdaderos living labs.

En la tercera y última parte, dedicada al emprendedurismo y su importancia en el plano económico y social, el profesor João Leitão señala el papel determinante de los emprendedores en el proceso de destrucción creativa y la importancia de una estructura organizativa eficiente para provocar un impacto positivo de la capacidad individual para emprender evitando factores que paralicen tanto la capacidad innovadora como la empresarial y potenciando los determinantes que permitan aflorar tales capacidades.
En definitiva, este libro plantea cómo el desarrollo de agrupamientos de interés económico y de cooperativas de productores y distribuidores de gestión profesionalizada, la puesta en marcha de modelos de triple hélice, la creación de nuevas formas de organización espacial y de redes emprendedoras y la apertura de programas específicos que premien la creación de empresas con actividad económica ligada a los sectores primario y secundario son fundamentales para conseguir la revitalización del tejido productivo nacional, el desarrollo territorial y parar la fuga creciente de capital humano. Para ello será necesario evitar factores y comportamientos que paralicen la iniciativa individual y la capacidad innovadora y empresarial, como pueden ser la falta de cultura y gusto por el riesgo, la incompetencia técnica y humana, la repartición asimétrica del rendimiento disponible, los esquemas de estratificación social, las redes de influencia y la corrupción institucionalizada. ¿En qué medida obstaculizan tales vicios que se dan en nuestra sociedad estas iniciativas aquí proyectadas? Viendo la salud actual de la economía de España y Portugal y las enormes diferencias existentes entre regiones, hay mucho por hacer.


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